Por qué los usuarios de IoT deberían pedir más a su red

Por Michael Karlsen, CEO @ Onomondo

Está bien documentado que Internet de las cosas (IoT) es fundamental para la convergencia de los mundos digital y físico. Pero si bien el potencial es considerable, realizarlo ha resultado ser un desafío.

Hoy en día existen muchas barreras para la adopción y escalado de proyectos, pero el mayor desafío ha sido la falta de interoperabilidad en todo el ecosistema y, más específicamente, la naturaleza aislada y fragmentada del pilar de conectividad.

La conectividad tradicional ha cumplido un propósito

Por su propia naturaleza, IoT requiere interoperabilidad entre sus tres partes constituyentes (hardware, conectividad y nube), pero las pilas de tecnología actuales en estas áreas se han mantenido fragmentadas.

La conectividad es el elemento definitorio de IoT, que permite una comunicación fluida y el intercambio de datos entre dispositivos y desbloquea información comercial crucial. Pero la conectividad de red tradicional no se diseñó específicamente para IoT. Estas redes fueron diseñadas para la comunicación tradicional de voz y datos y, por lo tanto, presentan obstáculos importantes.

En primer lugar, esta infraestructura a menudo carece de los protocolos, el ancho de banda o la escalabilidad necesarios para manejar de manera eficiente una gran afluencia de tráfico de datos y conexiones de dispositivos IoT dispersos geográficamente. Además, los usuarios a menudo tienen que obtener sus propios planes de datos para impulsar los proyectos de IoT, donde pueden encontrarse encerrados en un solo proveedor. Esto inhibe la capacidad de explorar opciones alternativas, lo que puede tener graves consecuencias para las implementaciones globales de IoT.

Además, el bloqueo del operador impide ajustar la calidad y la cantidad de cobertura para adaptarse a las necesidades del proyecto. Por ejemplo, las compañías navieras a menudo necesitan realizar un seguimiento de la carga de diferente valor. Para cargas no preciosas, las actualizaciones intermitentes serían suficientes, pero para cargas muy valiosas, la empresa necesita actualizaciones periódicas sobre la ubicación precisa del envío.

Este ejemplo requiere una solución de conectividad ágil, que reconozca que ningún proyecto de IoT es igual. Difieren en necesidades y configuraciones, y los requisitos suelen cambiar con el tiempo, lo que significa que deben poder moverse libremente entre operadores y buscar las mejores ofertas del mercado.

Sin embargo, el statu quo significa que probablemente tendrán que adoptar y cambiar entre un mosaico de asociaciones de IoT para diferentes casos de uso, lo que se vuelve difícil de administrar y costoso.

La conectividad está cambiando

Las formas heredadas de conectividad han sido útiles, pero las desventajas han desencadenado una nueva era de innovación, transformando la conectividad de una barrera aislada en el medio del ecosistema a una que se puede usar para escalar proyectos de una manera ágil y asequible.

Uno de esos ejemplos está representado por la conectividad integrada. Es decir, en lugar de una ocurrencia tardía, la conectividad se puede incorporar a un dispositivo a nivel de fabricación.

En un nivel simple, la función de una tarjeta SIM es brindar a los dispositivos una conexión para enviar y recibir datos, la principal fuente de valor que ofrece IoT. Pero hoy en día, a muchos usuarios se les cobra por la cantidad de dispositivos que han conectado, independientemente de cómo se utilicen; esa es una forma costosa de hacer funcionar las cosas.

La integración de la conectividad a través de soluciones como SoftSIM en el nivel de fabricación no solo brinda más control a nivel operativo, sino que también puede traducirse en un mayor control comercial, como cobrar a los usuarios solo por los datos que realmente necesitan. Además, eliminar las tarjetas SIM físicas de los dispositivos puede reducir el consumo de energía inactivo en más del 90 %. Esto simplemente no es posible a través de las formas tradicionales de conectividad.

Pedir más a su red

Solo recientemente, la duplicación de la vida útil del dispositivo, la reducción a la mitad del consumo de batería y la reducción de costos de la innovación dentro de la propia red han pasado de la fantasía a la realidad. Nuestra industria comienza a preguntarse si podemos esperar más de nuestra red, porque hacerlo sigue siendo la forma central en que IoT puede ofrecer su potencial.

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